Cuando días atrás los medios de todo el mundo, en ocasión de la muerte del escritor estadounidense Paul Auster, publicaron sus respectivas necrológicas y la oleada de recordatorios y agradecimientos pobló las redes sociales, los aspectos destacados de su trayectoria o de las anécdotas referidas a su vida abundaron en detalle. En su mayoría destacaban los homenajes que hacían referencia a la calidad de sus libros, a la tragedia de su enfermedad, a los numerosos premios obtenidos o a su romance con el cine, tanto como inspirador de algunos filmes, así como de director de otros.
Sin embargo, hubo alguien que se distinguió de esa multitud al publicar en su perfil de Instagram una carta manuscrita del autor nacido en Newark y así establecer una excepción en los recordatorios. Excepción que, a nuestros intereses, resultó más que oportuna. La misma se trató de una carta dirigida al pintor Josh Dorman quien en el año 2004 había sido seleccionado por Auster para realizar una exposición en la neoyorkina CUE Art Foundation.
De su vínculo con las artes plásticas es sabida la relación que Auster estableció con la artista conceptual francesa Sophie Calle, relación testimoniada en su novela Leviatán o en su réplica, la obra Doubles-Jeux donde Calle le daría a él instrucciones para desplegar ciertas actividades dentro de un entorno real. En cambio, casi ha sido un secreto bien guardado o tal vez un olvido producto del paso del tiempo su fugaz práctica como curador.
La curaduría realizada por el escritor para la exposición de Dorman se encuentra documentada y quienes deseen conocer el catálogo para observar las obras y leer los textos pueden ingresar a la web de la fundación. El texto curatorial a cargo de Auster traza una cronología de las obsesiones del pintor, describe sus obras iluminando sus centros de interés y sus aspectos más sutiles, así como las narrativas minuciosas que se encuentran contenidas en ellas. Su escritura es pródiga en adjetivos certeros; incluso se otorga una humilde licencia para establecer un límite entre las posibilidades de la descripción verbal y el mundo de lo visual. No obstante, la correspondencia de sus palabras con las obras exhibe una absoluta coherencia.
Un hombre en la oscuridad es el título de una novela que Auster publicó en el año 2008. De alguna manera Auster como curador hubiera podido ser ese hombre. Aquí, creemos oportuno acompañar a quien ha alumbrado este casi desconocido capítulo de su vida para rendirle homenaje.
Alejandro Zuy
Curador
Catálogo de la exposición de 2004 de Josh Dorman se encuentra disponible en: https://cueartfoundation.org/josh-dorman?rq=paul%20auster